"En primer lugar, ¿no es cierto que la infancia, los primeros años del hombre, es la más alegre y encantadora de todas las edades? Se ama a los niños, se les besa, se les
abraza, se les acaricia, se les mima; hasta un enemigo es capaz de correr en su ayuda.
¿Cuál es la causa? Sencillamente que desde su nacimiento, la naturaleza, madre previsora, los ha rodeado de una atmósfera de locura que hechiza a los que les educan, les libra de sus preocupaciones y atrae hacia esos pequeños seres la protección que necesitan.
En la edad que sucede a la infancia, ¡qué encantadores son a los ojos de todo el
mundo! ¡Con qué solicitud nos apresuramos a favorecerlos, ayudarles, socorrerles! ¿Quién les concede a esos jóvenes en esa edad maravillosa la sabiduría inoportuna prodigando sobre ellos el seductor encanto de los placeres? Y por último para que no creáis que no son más que fantasías mías considerad a los hombres ya adultos, que la experiencia y el estudio comienza a convertir en sabios; de pronto, la belleza comienza a esfumarse, la alegría se extingue, las fuerzas disminuyen, la gracia desaparece; a medida que se alejan de mí, la vida les abandona cada vez más hasta que al fin llegan a esa malhumorada vejez que es una carga para ellos y para los demás."
Fragmento de "Elogio a la locura" de Erasmo de Rótterdam
Qué poético andas ahora mi querido Manuelito, la fotografía es preciosa y sí que llena de optimismo, pues en esa playa siempre va a salir el sol, las olas siempre volverán al mar, el ciclo de vida nunca se interrumpe, hay belleza, hay paz, hay luz, hay color... será para menos que te hayas inspirado y refugiado en esa ola.
ResponderEliminar¡Excelente!
Un fuerte abrazo Many.
Bueno, Manuel, no es para tanto, en la época de Erasmo Rotterdam no había televisión satelital, internet, blogs. JA JA!!!!( y realmente las mujeres maduras de ahora estan muy apetecibles) no es para amargarse.
ResponderEliminarUn abrazo!!!!!
- Liz: Gracias por tu comentario. Cariños.
ResponderEliminar- Roberto: Tienes razón. Además tenemos el viagra y el prozac...
Abrazos, totales.
Perdoname Roberto. Ando medio "down" en estos días. Seguro me entendés: la vida avanza en zig-zag. Pero últimamente cada vez que ella hace zig yo hago zag; cuando yo hago zig, ella hace zag... Ya volveré a encontrar la sincronía.
ResponderEliminarOtro abrazo, desde el país de las contradicciones.
Por los caminos de ese país, Manuel, andamos estos días más de uno. A ver si nos vemos por allí y nos tomamos un cafecito virtual.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amelia. ¡Y si no es virtual, mejor aún!
ResponderEliminarUn abrazo.