Hay barras, rejas, puertas sólidas que nos mantienen en la oscuridad, que impiden que busquemos, que tengamos la libertad que necesitamos. Y hay barras, rejas, puertas virtuales, ellas mismas sombras de otra realidad, que impiden que pase el sol, que se haga la luz sobre nuestras tinieblas.
En todo se encuentra belleza. La cuestión es verla, encontrarla. Espacio para lo cotidiano, fotografía, literatura, algo de música, para disfrutarlo despacio. BLOGITUM, ERGO SUM.
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“Para mí ya está atardeciendo y sé casi con certeza que voy a durar poco ya; por tanto tengo que decir a Cristo, que pasa por la vida de todo hombre disfrazado de pasajero y haciéndose el apurado, como los discípulos de Emmaús: “Quédate conmigo, Señor, porque ya anochece”.”
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Pasaje de: Castellani, Leonardo. “Psicología Humana.”
Probablemente, los hombres detrás de las rejas se convierten en sombras de hombres, y no solamente hay rejas de hierro, seguramente, esto no es ninguna novedad.
ResponderEliminarmuy buen post!
Las rejas más peligrosas son imaginarias, sólo existen en las mentes. De los unos y los otros.
ResponderEliminarSalud, Roberto.