El hijo de Pilar y Daniel Weinberg fue bautizado en la costanera.
Y en el bautismo le enseñaron lo sagrado.
Recibió una caracola: —Para que aprendas a amar el agua.
Abrieron la jaula de un pájaro preso: —Para que aprendas a amar el aire.
Le dieron una flor de malvón: —Para que aprendas a amar la tierra.
Y también le dieron una botellita cerrada: —No la abras nunca, nunca.
Para que aprendas a amar el misterio.
De "Las palabras andantes" de Eduardo Galeano
¡Preciosa fotografía!
ResponderEliminarMi querida vecina Liz,
ResponderEliminar¡gracias por tus comentarios a los últimos posts!!!
Abrazos totales.