Qué cosa más extraña es el vértigo. Nos asomamos a un reborde, miramos hacia abajo, vemos allá lejos (¿lejos?) la tierra, una calle o el mar y nos da "vértigo". Sin embargo, miramos hacia arriba, y frente a la inmensidad del cielo azul o de una noche estrellada, que sí nos hace sentir pequeños y lejanos, no tenemos "vértigo". ¿Tenemos miedo a caer pero no tememos volar?
Qué hermosa es la creación, si no hubiese salido ese brazo en la foto, bien hubiera creido que era alguna pintura, aunque lo es ¿verdad? una pintura hecha por Diosito.
ResponderEliminarNo me gusta el vértigo, pero bien que me asomaría un ratito para contemplar esa vista preciosa.
Bonita foto Manuelito.
Un beso.
Fíjate lo crispado que está ese brazo. De verdad está en pánico por la altura.
ResponderEliminarSaludos,
Manuel.