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“Para mí ya está atardeciendo y sé casi con certeza que voy a durar poco ya; por tanto tengo que decir a Cristo, que pasa por la vida de todo hombre disfrazado de pasajero y haciéndose el apurado, como los discípulos de Emmaús: “Quédate conmigo, Señor, porque ya anochece”.”
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Pasaje de: Castellani, Leonardo. “Psicología Humana.”

jueves, diciembre 31, 2009

Amor a la distancia - Blue moon


Today Moon phase

Right now, the Sun-Moon angle is of 182 degrees, which means that today, the Moon phase is: Full Moon.




¿No es fantástico y premonitorio de buen año, que comencemos el nuevo año 2010 estrenando ciclo lunar?
¡MUY  FELIZ  2010  A  TODAS,  TODOS  Y  TODITOS!

sábado, diciembre 26, 2009

jueves, diciembre 24, 2009

Luz y sombra navideño

El sol reflejado al atardecer en la pared del rincón del arbolito.



"En América" de Susan Sontag

Acabo de leer un excelente libro de Susan Sontag. (Nacida en New York, el 16 de Enero de 1933, murió el 28 de Diciembre de 2004 a los 71 años, también en New York, novelista, ensayista, ficción y no-ficción. Vale la pena entren en Wikipedia y vean su vida y su obra, ambas muy interesantes).
Esta es su tapa y la información editorial:




Atrapador relato, escrito en un estilo muy único e interesante. Comienza lento, pesado, si logran sobrevivir los primeros tres capítulos (hagan el esfuerzo) serán atrapados por el sutil cambio de ritmo, de tema y de mundo. Su parte media se hace interesantísima y va acelerando hasta tener los últimos capítulos en un ritmo genial y una trama sumamente interesante.  Susan utiliza a través de sus quinientas páginas unos estilos de escritura muy llamativos. Es la historia de una Europa decadente, una América en formación de su espíritu, su personalidad de pueblo y su moral. Mezclado con la vida de una actriz en su ambiente, el teatro, en una época donde la mujer tenía que luchar por su forma de ser, por su lugar.
Se los recomiendo.  Ya luego si les gusta, pueden leer otras obras de esta ineresante escritora, no muy conocida en los círculos populares o de consumo masivo.

lunes, diciembre 21, 2009

Vieja y querida Fama...


Ahhh... vieja, querida y recordada fama. Las luces, los eventos, los aplausos, palabras de elogio, abrazos y autógrafos. El cuerpo joven, el ánimo alegre, la sonrisa fresca... Al final, si hay humildad, disfrutar de aquellos días en los recuerdos. Si no, amargura.

domingo, diciembre 20, 2009

Edith Piaf - Non, je ne regrette rien

Sin palabras. Solo para escuchar...



Hace una semana les transcribí unos párrafos de Karel Capek acerca de lo bueno que sería (incluso necesario) vivir trescientos años.  Ayer, leyendo "En América" de Susan Sontag (Editorial "Punto de Lectura", 2004) me encontré con otro punto de vista.
Aquí se los dejo:

"... una larga vida es tiempo completamente perdido para la mayoría de la gente, pues se les acaba pronto el entusiasmo o los sueños y todavía tienen todos esos años por delante. Ahora bien, empezar de nuevo, eso sí que es algo interesante, algo fuera de lo corriente. A menos que, como suele hacer la gente, acabéis por convertir vuestra nueva vida en la anterior."

Evidentemente Karel Capek escribía pensando en una utopía, el hombre ideal. Susan Sontag es realista.

jueves, diciembre 17, 2009

La "fisura" entre el día y la noche

La delgada línea entre la luz y la oscuridad. Penumbra. "Sombra débil entre la luz y la oscuridad, que no deja percibir dónde empieza la una o acaba la otra", según el diccionario de la Real Academia Española. Crepúsculo, con toda su poesía y misterio. Una bella palabra en inglés, "twilight", "twilight zone": a world of fantasy, illusion, or unreality.






Difícil de captar, por eso el "ruido" que tiene la imagen: longitud focal 6mm, abertura F/2.8, tiempo de exposición 1/8seg, velocidad ISO-400.

sábado, diciembre 12, 2009

Big-Bang Theory









"Qué puede hacer un hombre durante sus sesenta años de vida? ¿Qué goce tiene? ¿Qué puede aprender? No se vive lo bastante para recibir el fruto del árbol que se ha plantado; nunca se aprenderán todas las cosas que la humanidad ha descubierto antes de uno; no se completará la obra ni se dejará detrás el ejemplo; se morirá sin haber siquiera vivido. En cambio, una vida de trescientos años nos dejaría cincuenta años para ser niño y alumno; cincuenta años para conocer el mundo y ver todo lo que existe en él; cien años para trabajar en beneficio de todos; y luego, una vez adquirida toda la experiencia humana, otros cien años para vivir en sabiduría, para gobernar, para enseñar y para dejar un ejemplo."

Fragmento de "El caso Makropulos" de Karel Capek (1922)


sábado, diciembre 05, 2009

Piriápolis, Uruguay


Una vieja foto, un recuerdo de un rincón del lejano Uruguay, siempre el mar, acompañando. Los horizontes de tierra son limitados, son quietos, majestuosos, hasta pueden ser imponentes sus distancias. Pero el mar, el mar... está vivo, tiene movimiento, habla, susurra, grita, ruge a veces en la tempestad. Pero está vivo, no descansa; a veces es alegre como una ola juguetona y salpicadora; a veces está triste, como pensando. O se enoja y amenaza, en la negrura de la tormenta, mezclado con relámpagos, viento y lluvia; puede ser trágico, doloroso en el huracán. Y ama, como ama un amigo, con su abrazo protector.


Amadou & Mariam: La triste réalité - feat Jacky (Neg'marrons) et Mokobe (remix 2005)



Muy buen ritmo, pegadizo...

martes, diciembre 01, 2009

Blue sunset



Los robles
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Allá en tiempos que fueron, y el alma
han llenado de santos recuerdos,
de mi tierra en los campos hermosos,
la riqueza del pobre era el fuego,
que al brillar de la choza en el fondo,
calentaba los rígidos miembros
por el frío y el hambre ateridos
del niño y del viejo.

De la hoguera sentados en torno,
en sus brazos la madre arrullaba
al infante robusto;
daba vuelta, afanosa la anciana
en sus dedos nudosos, al huso,
y al alegre fulgor de la llama,
ya la joven la harina cernía,
o ya desgranaba
con su mano callosa y pequeña,
del maíz las mazorcas doradas.

Y al amor del hogar calentándose
en invierno, la pobre familia
campesina, olvidaba la dura
condición de su suerte enemiga;
y el anciano y el niño, contentos
en su lecho de paja dormían,
como duerme el polluelo en su nido
cuando el ala materna le abriga.

II
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Bajo el hacha implacable, ¡cuán presto
en tierra cayeron
encinas y robles!;
y a los rayos del alba risueña,
¡qué calva aparece
la cima del monte!

Los que ayer fueron bosques y selvas
de agreste espesura,
donde envueltas en dulce misterio
al rayar el día
flotaban las brumas,
y brotaba la fuente serena
entre flores y musgos oculta,
hoy son áridas lomas que ostentan
deformes y negras
sus hondas cisuras.

Ya no entonan en ellas los pájaros
sus canciones de amor, ni se juntan
cuando mayo alborea en la fronda
que quedó de sus robles desnuda.

Sólo el viento al pasar trae el eco
del cuervo que grazna,
del lobo que aúlla.

III
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Una mancha sombría y extensa
borda a trechos del monte la falda,
semejante a legión aguerrida
que acampase en la abrupta montaña
lanzando alaridos
de sorda amenaza.

Son pinares que al suelo, desnudo
de su antiguo ropaje, le prestan
con el suyo el adorno salvaje
que resiste del tiempo a la afrenta
y corona de eterna verdura
las ásperas breñas

Árbol duro y altivo, que gustas
de escuchar el rumor del Océano
y gemir con la brisa marina
de la playa en el blanco desierto,
¡yo te amo!, y mi vista reposa
con placer en los tibios reflejos
que tu copa gallarda iluminan
cuando audaz se destaca en el cielo,
despidiendo la luz que agoniza,
saludando la estrella del véspero.

Pero tú, sacra encina del celta,
y tú, roble de ramas añosas,
sois más bellos con vuestro follaje
que si mayo las cumbres festona
salpicadas de fresco rocío
donde quiebra sus rayos la aurora,
y convierte los sotos profundos
en mansión de gloria.

Más tarde, en otoño,
cuando caen marchitas tus hojas,
¡oh roble!, y con ellas
generoso los musgos alfombras,
¡qué hermoso está el campo;
la selva, qué hermosa!

Al recuerdo de aquellos rumores
que al morir el día
se levantan del bosque en la hondura
cuando pasa gimiendo la brisa
y remueve con húmedo soplo
tus hojas marchitas
mientras corre engrosado el arroyo
en su cauce de frescas orillas,
estremécese el alma pensando
dónde duermen las glorias queridas
de este pueblo sufrido, que espera
silencioso en su lecho de espinas
que suene su hora
y llegue aquel día
en que venza con mano segura,
del mal que le oprime,
la fuerza homicida.

IV
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Torna, roble, árbol patrio, a dar sombra
cariñosa a la escueta montaña
donde un tiempo la gaita guerrera
alentó de los nuestros las almas
y compás hizo al eco monótono
del canto materno,
del viento y del agua,
que en las noches del invierno al infante
en su cuna de mimbre arrullaban.

Que tan bello apareces, ¡oh roble!
de este suelo en las cumbres gallardas
y en las suaves graciosas pendientes
donde umbrosas se extienden tus ramas,
como en rostro de pálida virgen
cabellera ondulante y dorada,
que en lluvia de rizos
acaricia la frente de nácar.

¡Torna presto a poblar nuestros bosques;
y que tornen contigo las hadas
que algún tiempo a tu sombra tejieron
del héroe gallego
las frescas guirnaldas!


Rosalía de Castro
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En las orillas del Sar (1884)
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Incluido en En las orillas del Sar. Rosalía de Castro. Edición de Mauro Armiño. Ediciones Libertarias. Colección Clásicos, nº 2. Primera edición de mayo de 1998.